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Estás leyendo RECORTES DE LA BUENA NIÑA Y DE LA MALA ABUELA de Zoran Geert

 

Fue avanzar de golpe sin saber a donde ir.

 

Sin embargo

siempre habrá, por el niño que llevamos

dentro,

un

Había una vez

que  empiece

un nuevo cuento.

 

 

 

XI  Cuenta otro cuento

 

Estuve a punto de llorar anoche.

Tuve un sueño terrible. Era una iguana

de ojos oscuros que levantaba odios

sobre el horizonte que, momentos antes,

conformaba. Sin hablar, sin decir nada,

la despiadada se comía la tarde,

la noche toda, la mañana siguiente.

No tenía dientes ni con que morder

pero mordía y,

 

    momentos después,

 

el sol creció en olas de pequeños ojos

reventados, sangrantes, que la miraban

sin término aunque yo sabía, sentía,

que allí el rencor era moneda imposible.

 

No pregunten el porqué. Yo no sé nada.

No sé qué placer buscaba para sí.

 

No me enseñaron a hablar con las iguanas.

 

(Tuve miedo y punto) ((Así son los sueños))

 

(((No quiero volver a soñar con mamá)))

 

 

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