Inesperadamente,
encontré tu olor archivado en un viejo ropero de la casa junto a tus ternos. Con sólo
rozar una manga me abrazaste.
Hay niños que
dicen esconder un elefante entre las manos, otros un monstruo en una cajita. Y los hay no
tan niños que tienen genios en botellas.
¿Cómo contar que
tengo todito tu aroma encerrado en un viejo closet?
¿Cómo explicar el
olor a papá?
¿Cómo hacer
entender que encierro un abrazo, una caricia, unas felicitaciones, un vals de quince nunca
bailado, y hasta una pieza de baile de mi fiesta de egresados?
Me acaba de agarrar
un deseo irresistible de dormir dentro de ese closet hecha un bollito.
Ahí te guardo,
para buscarte cuando te necesite.
¿Dale que es un
secreto?