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Volviste.
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Pero ya no teníamos más sueños para
volar. |
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lñ |
XV Se aclara en la forma |
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Desde el amor, la tarde se confunde
con otra tarde, una vida atrás,
con otra vida, redonda de dolores |

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y, en modo insano, dispuesta al mismo
encuentro que repito. Todo está
aquí para esto. La misma luna |
aquella, el tímido sol, la
noche
que se escribe con cuatro manos como
dientes, con recuerdos de antes, como
esqueletos sin dientes que se besan.
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Es
ella la de siempre y la única: |
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La que tantas veces quise
olvidar.

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Soy
yo
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-una vez más- |
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el confundido, |
el otro que quise ser, |
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el feliz. |
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